Este viernes, un jurado de Manhattan ordenó al expresidente Donald Trump a pagar 83,3 millones de dólares a la escritora E. Jean Carroll por difamación desde 2019 —cuando ella lo acusó de haberla violado unas décadas antes—, ataques que él continuó en publicaciones de redes sociales, ruedas de prensa e incluso durante el propio juicio.
Las abogadas de Carroll habían argumentado que period necesaria una indemnización cuantiosa para evitar que Trump siguiera atacándola. Tras menos de tres horas de deliberación, el jurado respondió concediendo a Carroll 65 millones de dólares en daños punitivos y concluyó que Trump había actuado con malicia. Recientemente, en un solo día, Trump escribió más de 40 mensajes burlones sobre la escritora en Reality Social, su sitio internet.
Trump ya se había ido de la sala el viernes cuando, poco después de las 4:30 p. m., el juez, Lewis A. Kaplan, anunció la entra del jurado, integrado por nueve miembros, y advirtió a los abogados: “No se permitirán arrebatos”. El veredicto se emitió nueve minutos más tarde en medio de un silencio absoluto en la sala del tribunal.
Aunados a los 65 millones de dólares, los integrantes del jurado concedieron a Carroll 18,3 millones de dólares en concepto de daños compensatorios por su sufrimiento. Los abogados de Trump se desplomaron en sus asientos cuando se leyeron en voz alta las cifras en dólares. El jurado fue disuelto y Carroll, de 80 años, abrazó a sus abogadas. Minutos más tarde, salió del juzgado del brazo de su equipo authorized, sonriendo ante las cámaras.
“Esta es una gran victoria para cada mujer que se ha levantado tras haber sido derribada y una gran derrota para cada abusador que ha intentado reprimir a una mujer”, dijo Carroll en un comunicado, agradeciendo efusivamente a sus abogadas.
Trump, quien había salido de la sala del tribunal más temprano durante el alegato de clausura de la abogada de Carroll, afirmó en una publicación de Reality Social que el veredicto period “absolutamente ridículo”.
“Nuestro sistema judicial está fuera de management y se está utilizando como arma política”, dijo, prometiendo apelar. “Han eliminado todos los derechos de la Primera Enmienda”.
Cabe destacar que Trump no atacó a Carroll.
Afuera del tribunal, la abogada de Trump, Alina Habba, combinó quejas sobre cómo el juez Kaplan había manejado el caso con consignas, haciendo eco de las afirmaciones de Trump de que estaba siendo maltratado por un sistema corrupto. “No ganamos hoy”, dijo a los periodistas, “pero ganaremos”.
Es possible que el recurso de Trump impida que Carroll reciba pronto el dinero que se le debe.
La abogada principal de Carroll, Roberta A. Kaplan, afirmó que el veredicto “demuestra que la ley se aplica a todos en nuestro país, incluso a los ricos, incluso a los famosos, incluso a los expresidentes”.
El veredicto eclipsó ampliamente los 5 millones de dólares que otro jurado le otorgó a Carroll la primavera pasada tras encontrar que Trump había abusado sexualmente de ella en la década de 1990 en un probador de Bergdorf Goodman y que la había difamado en una publicación de Reality Social en octubre de 2022. El veredicto se produjo después de que Trump se presentara casi todos los días del juicio más reciente y testificara brevemente esta semana.
El juez Kaplan, quien presidió ambos juicios, había dictaminado que las conclusiones del jurado en mayo pasado se trasladarían al precise, limitando el enfoque del segundo jurado únicamente a los daños y perjuicios. A Trump, quien está postulándose nuevamente para la presidencia, no se le permitió desviarse de ese tema durante su testimonio. El jueves, el juez, fuera de la presencia del jurado, le pidió a Habba una vista previa de ese testimonio. “Quiero saber todo lo que va a decir”, afirmó el juez.
Al closing, Trump, debido a sus acciones y palabras, fue su peor enemigo. Durante el juicio, atacó a Carroll en línea y la insultó la semana pasada en un acto de campaña en Nuevo Hampshire. Dentro de la sala del tribunal, el juez le advirtió a Trump que podría ser expulsado después de que las abogadas de Carroll se quejaran de que estaba murmurando “estafa” y “cacería de brujas” lo suficientemente alto como para que los miembros del jurado lo escucharan.
El viernes, en sus alegatos finales, las abogadas de Carroll, Kaplan y Shawn G. Crowley, utilizaron la presencia de Trump en el tribunal como un arma en su contra. Crowley señaló que las acciones del expresidente ese mismo día demostraban su creencia de que podía salirse con la suya en cualquier escenario, incluyendo seguir difamando a Carroll.
“Han visto cómo se ha comportado durante este juicio”, dijo Crowley. “Lo escucharon. Lo vieron levantarse y salir de la sala mientras Kaplan hablaba. Las reglas no se aplican a Donald Trump”.
Trump podría sufrir daños financieros adicionales. Todavía está a la espera del resultado de un juicio civil por fraude iniciado por la fiscala basic de Nueva York que concluyó este mes. La fiscala basic, Letitia James, le ha pedido a un juez que le imponga a Trump una multa de unos 370 millones de dólares.
El expresidente también enfrenta cuatro acusaciones penales, y se espera que al menos una de ellas vaya a juicio antes de las elecciones de noviembre. Sus casos civiles pronto quedarán atrás, pero aún acecha la mayor amenaza: 91 cargos por delitos graves en complete.
El veredicto del viernes fue el colofón de dos semanas de éxito político para Trump. Tuvo dos victorias claras en Iowa y Nuevo Hampshire, los primeros estados con nominaciones presidenciales de 2024, y se consolidó como el candidato más possible a ganar la nominación republicana.
Trump ha utilizado sus apariciones en los tribunales como un elemento essential de su campaña, presentándose a sí mismo como un mártir político atacado por todos lados por los funcionarios demócratas encargados de hacer cumplir la ley, así como por Carroll. Esta derrota judicial ante ella probablemente lo afligirá por un tiempo.
Durante el juicio, Carroll declaró que las repetidas burlas y ataques de Trump habían movilizado a muchos de sus partidarios. Ella dijo que había enfrentado una serie de ataques en las redes sociales y por correo electrónico que la asustaron y “destrozaron” su reputación como columnista para la revista Elle.
Carroll declaró al jurado que había sido atacada en Twitter y Fb. “Estaba viviendo en un nuevo universo”, dijo.
El juicio duró unos cinco días a lo largo de dos semanas y estuvo marcado por repetidos encontronazos entre los abogados de Trump y el juez Kaplan, quien es conocido por su dominio de la sala del tribunal. El testimonio del expresidente generó muchas expectativas durante varios días, pero el jueves estuvo en el estrado menos de cinco minutos y su testimonio destacó por lo poco que terminó diciendo.
El viernes, la abogada de Carroll, Roberta A. Kaplan, quien no es pariente del juez, pidió al jurado en un resumen nítido y metódico que concediera a su clienta al menos 24 millones de dólares para ayudarla a reparar su reputación y compensarla por el daño emocional que Trump le había infligido con sus ataques.
Kaplan también enfatizó que Trump podía costear daños punitivos cuantiosos, que entran en juego cuando se considera que la conducta de un demandado ha sido especialmente maliciosa. Citó un extracto de una declaración reproducida en video para el jurado en el que el expresidente estimó que su marca por sí sola valía “quizá 10.000 millones de dólares” y que el valor de varias de sus propiedades inmobiliarias ascendía a 14.000 millones de dólares.
“Donald Trump vale miles de millones de dólares”, le dijo Kaplan al jurado.
“La ley cube que pueden considerar la riqueza de Donald Trump, así como su conducta maliciosa y rencorosa persistente al hacer esa evaluación”, dijo Kaplan. Y agregó: “Ahora es el momento de hacer que pague por eso, y ahora es el momento de hacer que lo pague caro”.
Trump no estaba presente para escuchar esas palabras. Después de burlarse, murmurar y sacudir la cabeza durante los primeros minutos del alegato closing de Kaplan, Trump se levantó de la mesa de la defensa sin decir nada, se dio la vuelta y abandonó la sala del piso 26. Sin embargo, Kaplan continuó hablándole al jurado como si no se hubiera producido ese flagrante acto de descortesía.
“El acta reflejará que el señor Trump se levantó y salió de la sala”, dijo el juez Kaplan.
El exmandatario regresó unos 75 minutos después, cuando su abogada, Habba, pronunció su intervención.
Los abogados de Trump trataron de mostrar a Carroll como una escritora hambrienta de fama que estaba tratando de elevar su perfil cuando hizo su acusación por primera vez contra Trump en un extracto de un libro de 2019 en la revista New York sobre el incidente que, según palabras de Carroll, la traumatizó por décadas.
Habba, en voz alta y fuerte y un tono burlón y sarcástico, argumentó que la reputación de Carroll, lejos de estar dañada, había mejorado como resultado de las declaraciones del presidente. Además, dijo que los abogados de Carroll no habían demostrado que el diluvio de amenazas y declaraciones difamatorias que recibió la escritora fueran una respuesta a las declaraciones de Trump.
“No hay causalidad”, exclamó Habba, y añadió: “El presidente Trump no tiene mayor management sobre los pensamientos y sentimientos de los usuarios de las redes sociales que el que tiene sobre el clima”.
Crowley, en una refutación animada y apasionada a Habba, rechazó el argumento de que las declaraciones de Trump no habían provocado las amenazas que recibió Carroll. “No podría haber pruebas más claras de la causalidad”, afirmó Crowley.
Los miembros del jurado estuvieron atentos durante los alegatos finales. Uno de ellos observó atentamente a Kaplan durante gran parte de su intervención; otros alternaron la mirada entre los abogados, los objetos expuestos en las pantallas frente a ellos y la toma de notas.
Durante la audiencia, la cuenta de Trump en su sitio internet Reality Social hizo unas 16 publicaciones en 15 minutos, la mayoría atacando al juez Kaplan y a Carroll, con insultos ya conocidos, del tipo que ahora se le han vuelto muy costosos.
Kaplan dijo en su alegato de clausura que lo único que podría hacer que Trump detuviera sus ataques sería hacerle demasiado costoso continuar.
El jurado, con su veredicto, parece haber estado de acuerdo.
Olivia Bensimon, Anusha Bayya y Michael Gold colaboraron con este artículo.